Érase una vez una oveja negra que vivía rodeada de ovejas blancas. Comía la misma hierba, bebía la misma agua, seguía al mismo pastor…
Un día, cansada de tantas reglas, giró sobre sí misma con la intención de abandonar su rebaño. La oveja blanca la miraba con asombro…
Vive las noches de los viernes y sábados de una manera diferente...